Sentados alrededor del fuego al terminar el día, durante largas noches de invierno, los antiguos habitantes de esa isla que el estrecho de Magallanes separa de la Patagonia contaban historias. Historias que explicaban el origen del hombre y del universo, historias de animales, de astros y de héroes; historias de amor y de luchas, de poder y de venganzas. Historias que fueron recogidas por viajeros, por antropólogos y misioneros que convivieron entre los Onas y Yaganes y conocieron su fascinante concepción del mundo y de la vida. Todo el misterio y la belleza de la Tierra del Fuego se hace presente en estas leyendas que con su luminosa magia nos ayudan a descubrirla. Entre una de estas
leyendas, rescatamos una especialmente bella que fue la que dio origen al nombre de
nuestro Jardín.
|